El increíble poder del ejercicio físico! (1ª parte)


Muchos creen que ya conocen (de sobra) los beneficios del ejercicio regular. Sin embargo, cuando leas esto (y los estudios realizados), te sorprenderás, y luego puede que te preguntes porqué los oncólogos no insisten más en que sus pacientes realizan actividades físicas regularmente (pero esa es otra cuestión).

Cuando realizamos ejercicio físico, similar a cuando recibimos un masaje, nuestro cuerpo se siente mimado, cuidado y respetado. Hoy, ya se sabe sin duda alguna, que la adecuada regulación de nuestro sistema inmunitario (las defensas que deben activarse y acabar con las células cancerígenas) puede ser directamente estimulado con el ejercicio físico.[3-17]

Veamos cómo lo hace:
  1. Las actividades físicas reducen la cantidad de tejido adiposo, que es donde se almacenan los tóxicos carcinogénicos.
  2. El ejercicio físico regula el balance hormonal al reducir el exceso de estrógenos y testosterona, hormonas que favorecen el crecimiento de algunos tumores (especialmente cancer de mama, próstata, ovario, útero y testículo). [18]
  3. Reduce los niveles de azúcar en sangre, y como consecuencia, la secreción de insulina e IGF, que contribuye tan dramáticamente en la inflamación en nuestros tejidos, el crecimiento y la propagación de los tumores. [12,19,20]
  4. El ejercicio impacta directamente sobre los niveles de citoquinas (causantes de inflamación), reduciendo sus niveles en nuestra sangre. [21]
  5. Al incluir el ejercicio físico en nuestro día a día (igual que la meditación), hace que seamos capaces de lidiar mejor con el estrés (incluyendo las malas noticias que podamos recibir). Esto es gracias a las endorfinas, unos neurotransmisores que se liberan en nuestro cerebro y que promueven la actividad de nuestras células NK - Natural Killer- para atacar las células tumorales. [22]
Arthur LaPerrière PhD, de la Universidad de Miami, demostró este efecto protector contra el estrés en un estudio en el que asignaba la mitad de los pacientes a hacer ejercicio regular durante el mes previo a recibir su diagnostico de VIH+. (En esa época este diagnóstico era equivalente a una sentencia de muerte). En la mayoría de los paciente se podía observar una caída marcada en los niveles de células NK tras conocer su diagnóstico. No fue así en aquello que habían estado haciendo ejercicio físico. [23]
Otro estudio en el mismo grupo, el efecto potenciador del ejercicio sobre el sistema inmunitario (medido por incremento en células CD4) fue comparable a la magnitud del efecto del AZT (medicamento usado en el tratamiento del VIH). [24] Sin los efectos secundarios de éste, por supuesto!

Cuando hablamos específicamente de cáncer, la actividad física regular puede ser uno de nuestro mejores aliados. La enfermedad por sí sola ya causa fatiga, que junto al cansancio provocado por el tratamiento, es uno de los aspectos más desalentadores de la enfermedad. Ni descansar ni dormir alivia el agotamiento. Sin embargo, el ejercicio físico regular ha demostrado ser uno de los mejores tratamiento para aliviar la fatiga en pacientes oncológicos. [25]

Wendy Demark-Wahnerfried, PhD de Duke University, en el Journal of Clinical Oncology sugirió una reducción de recaída del 50-60% en pacientes con cáncer de mama gracias al ejercicio físico. Dado el efecto tan impresionante, ella no duda en compararlo con el efecto del Herceptin, una quimioterapia usada en ciertos tumores de mama y que en 2005 fue calificada de 'importante punto de inflexión en la erradicación del sufrimiento y la muerte por cáncer'. Sin embargo, a diferencia de este tratamiento farmacológico, el efecto protector del ejercicio no está limitado únicamente a tumores de mama con receptores positivos para estrógeno, y mejor aún, no tiene efectos secundarios!

Otros dos estudios, uno realizado por Clínica Mayo y el otro en la Universidad de Carolina del Norte, demuestra efectos comparables del ejercicio en tumores de mama sin receptores a estrógeno. [11,15] Además, aún mejor que Herceptin, el ejercicio físico proporciona beneficios a los pacientes con una amplia variedad de cánceres. Se ha demostrado un nivel comparable de protección contra la recurrencia o la agravación del cáncer de próstata (hasta un 70% de disminución en el riesgo de muerte en hombres mayores de sesenta y cinco años), de colon y de recto. También se ha documentado un efecto protector contra el cáncer de ovario, de útero, de testículo y de pulmón.[4,17]

Ahora que ya no hay dudas sobre los potentes beneficios del ejercicio físico, pongámoslo en práctica:
  • ¿Qué tipo de ejercicio debería hacer?
  • Fácil, cualquiera que disfrutes. Esto es muy importante, ya que cuando disfrutamos de algo, nuestro cerebro libera endorfinas (potenciados de nuestras defensas). Por otro lado, si sientes estrés (por forzarte a hacer un tipo de deporte en concreto que no te agrada), tu cerebro libera hormonas de estrés como la noradrenalina y el cortisol, que as su vez favorecen un ambiente proinflamatorio en nuestro cuerpo. Hay una gran variedad de ejercicio físico / deporte, y estoy segura que encontrarás la que más te gusta.
  • ¿Cómo de intenso debe ser la actividad física?
  • Esto, cada uno lo debe decidir cada uno. Siempre y cuando te sientes mejor después de realizar la actividad, está bien. Si, por el contrario, el ejercicio te agota demasiado, debes reducir la duración o la intensidad. A la hora de correr, por ejemplo, una buena guía para una velocidad adecuada es aquella a la que aún puedes hablar, pero ya no cantar.
  • ¿Cuánto tiempo debo dedicar al ejercicio?
  • De nuevo, es una cuestión individual. Por ejemplo, caminar 6 días a la semana, durante 30-45 minutos a una velocidad adecuada ya es considerable. Sin embargo, también depende del diagnóstico y de la situación. En el estudio de los pacientes con VIH, se les asignó hacer 45 minutos de bicicleta estática tres veces por semana.

A disfrutar!!



References:

  1. Dr David Servan-Schreiber, 2007. "Anti cancer - a new way of life". ISBN 978-0-718-15684-8
  2. Fernández Martínez, Odile; 2013. Mis recetas anticáncer - Alimentación y vida anticancer. ISBAN 978-84-7953-437-0
  3. B. Tehard, C. M. Friedenreich, I. M. Oppert, F. Clavel-Chapelon, ‘Effect of physical activity on women at increased risk of breast cancer: results from the E3N cohort study’ Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, 15(1), 2006: 57—64.
  4. J. A. Meyerhardt, E. L. Giovannucci, M. D. Holmes, et al. ‘Physical activity and survival after colorectal cancer diagnosis’ Journal of Clinical Oncology, 24(22), 2006: 3527—34.
  5. J. A. Meyerhardt, D. Heseltine, D. Niedzwiecki, et al. ‘Impact of physical activity on cancer recurrence and survival in patients with stage III colon cancer: findings from CALGB 89803’ Journal of Clinical Oncology, 24(22), 2006: 3535—41.
  6. M. D. Holmes, W. Y. Chen, D. Feskanich, C. H. Kroenke, G. A. Colditz, ‘Physical activity and survival after breast cancer diagnosis’ JAMA, 293(20), 2005: 2479—86. 
  7. E. Giovannucci, Y. L. Liu, M. F. Leitzmann, M. Stampfer, W. C.W111'ett, A‘ Prospective Study of Physical Activity and Incident and Fatal Prostate Cancer’ Archives of Internal Medicine, 165, 2005: 1005—10.
  8. D. Ornish, G. We1'dner,.W. R. Fair, et al. ‘Intensive lifestyle changes may affect the progression of prostate cancer’ Journal of Urology, 174(3), 2005: 1065—9; discussion 9-70.
  9. A. V. Patel, C. Rodriguez, E. J. Jacobs, L. Solomon, M. J. Thun, E. E. Calle, ‘Recreational physical activity and risk of prostate cancer in a large cohort of US men’ Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, 14(1), 2005: 275—9.
  10. T. I. L. Nilsen, ‘Recreational physical activity and risk of prostate cancer: A prospective population—based study in Norway (the HUNT study)’ International Journal of Cancer 2006.
  11. A. Bardia, L. C. Hartmann, C. M. Vachon, et al. ‘Recreational physical activity and risk of postmenopausal breast cancer based on hormone receptor-status’ Archives of Internal Medicine, 166(22), 2006: 2478—83.
  12. R. J. Barnard, I. H. Gonzalez, M. E. Liva, T. H. Ngo, ‘Effects of a low-fat, high-fiber diet and exercise programme on breast cancer risk factors in vivo and tumour cell growth and apoptosis in vitro’ Nutr Cancer, 55(1), 2006: 28—34.
  13. M. L. Irwin, ‘Randomised controlled trials of physical activity and breast cancer prevention’ Exercise & Sport Sciences Reviews, 34(4), 2006: 182—93.
  14. P. E. Abrahamson, M. D. Gammon, M. J. Lund, et al. ‘Recreational physical activity and survival among young women with breast cancer’ Cancer, 107(8), 2006: 1777— 85.
  15. S. A. Adams, C. E. Matthews, 1. R. Hebert, et al. ‘Association of physical activity with hormone receptor status: the Shanghai Breast Cancer Study’ Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, 15(6), 2006: 1170—8.
  16. N. Mutrie, A. M. Campbell, F. Whyte, et al. ‘Benefits of supervrsed group exercise  programme for women being treated for early stage breast cancer: pragmatic randomised controlled trial’ British Medical Journal, 334(7592), 2007: 517.
  17. C. M. Friedenreich, ‘Overview of the association between physical activity, obesity and cancer’ Eurocancer (Paris: John Libbey Eurotex; 2005).
  18. C. M. Friedenreich, M. R. Orenstein, ‘Physical activity and cancer prevention: etio— logic evidence and biological mechanisms’ Journal of Nutrition, 132 (Suppl. 11), 2002: 34568—648.
  19. P. S. Leung, W. J. Aronson, T. H. Ngo, L. A. Golding, R. J. Barnard, ‘Exercise alters the IGF axis in vivo and increases p53 protein in prostate tumour cells in vitro’ Journal of Applied Physiology, 96(2), 2004: 450—54.
  20. R. J. Barnard, T. H. Ngo, P. S. Leung, W. J. Aronson, L. A. Golding, ‘A low-fat diet and/or strenuous exercise alters the IGF axis in vivo and reduces prostate tumour cell growth in vitro’ Prostate, 56(3), 2003: 201—6.
  21. L. H. Colbert, M. Visser, E. M. Simonsick, et a1. ‘Physical activity, exercise, and inflammatory markers in older adults: findings from the Health, Aging and Body Composition Study’ Journal of the American Geriatrics Society, 52(7), 2004: 1098—104.
  22. Jonsdottir IH et al, Physical exercise, endogenous opioids and immune function. Acta Physiol Scand Suppl. 1997;640:47-50.
  23. A. LaPerrie‘re, M. H. Antoni, N. Schneiderman, et a1. ‘Exercise intervention attenu~ ates emotional distress and natural killer cell decrements following notification of positive serologic status of HIV-1’ Biofeedback and Sefl-Regulation, 15, 1990: 229—42. 
  24. A. LaPerrie‘re, A. Fletcher, M. Antoni, N. Kimas, G. Ironson, N. Schneiderman International Journal of Sports Medicine, 12 Suppl(1), 1991: 853—7. 
  25. A. Sood, T. I. Moynihan, ‘Cancer—related fatigue: an 'update’ Current Oncology Reports, 7(4), 2005: 277—82.


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